Don't be a stranger Effie
¡Hola hola! Bueno, llevo pensando este fan fic meses, en serio, pero soy tan vaga que luego nunca lo escribo, pero ayer por fin me decidí a hacerlo y aquí está. Si no has visto Sinsajo 2 tranquilo, esto es una escena de Sinsajo 1 y solo te comes las ganas de la otp más fuerte del mundo. Y mientras escribía este ya se me estaba ocurriendo otro, así que quién sabe si en un par de días estaré por aquí pronto. ¡Besitos de baya!
Tarareaba
una canción alegremente mientras mi pie se movía al ritmo en la máquina de
coser. Había conseguido unas cuantas telas que podía confeccionar yo misma para
un modelito propio, eran del mismo color, pero lo que hiciera sería mejor que
el mono tan feo que llevo puesto ahora mismo.
Cogí
una aguja para dejarla puesta sobre la tela para marcarla justo cuando la
puerta de mi compartimento se abrió y entro Haymitch hecho una furia.
−¡Vamos!
−¿Qué?−
Le miré anonadada sin saber que decía.
En
ese mismo momento una sirena horriblemente estrepitosa comenzó a sonar junto a
una voz que anunciaba que nos bombardearían en breves. Pegué un grito asustada
y Haymitch se acercó para tirar de mi mano. Agarré un trozo de tela que había
cortado antes de la mesa y comencé a negar con la cabeza.
−¡No!
¡No! ¡No puedo irme de aquí! Estoy cosiendo ¿quién se hará cargo de mis telas?
−¡Me
dan igual tus telas! ¡Nos bombardea el Capitolio!
No
pude decir nada más porque tiró de mi brazo y comenzó a empujarme entre la
multitud para que siguiera el camino hacia las escaleras.
La
alarma me taladraba la cabeza, todo el mundo estaba gritando y corría para
llegar a tiempo al bunker. Por suerte no había niños porque si no se
escucharían sus llantos, y eso era mucho peor. Pero ya escuchaba el mío propio,
sin darme cuenta había comenzado a llorar del susto y bajaba las escaleras por
inercia.
Las
manos de Haymitch me rodeaban los brazos y me guiaban en cierto modo, y menos
mal, porque seguramente me hubiera quedado en mi habitación, bueno si es que se
le puede llamar eso, cosiendo. El trozo de tela que había conseguido salvar
estaba en mi mano y lo apretaba con fuerza.
−‘’Tres
minutos para el cierre de puertas’’.
Anunciaron
por un megáfono y todos comenzaron a darse más prisa. Alguien pasó por mi lado
empujándome y pegué un pequeño brinco en el sitio del susto.
−¡Eh!−Gritó
Haymitch.
Por
suerte ya habíamos llegado al bunker. Miraba hacía todos los lados, encontrando
miles de caras asustadas y muertas de miedo, seguramente yo tendría la misma, y
ni un poco de maquillaje del bueno encima para que no se me notara. Haymitch
seguía guiándome entre el laberinto de camas hasta que encontró una litera
libre y me sentó en la de abajo.
−Quédate
aquí, no te muevas. Iré a buscar a Katniss y su familia y me aseguraré de que están
bien.
Asentí
mientras veía como desaparecía por dónde habíamos venido y me quedé mirando ese
punto durante un rato. Me estaba colocando bien el turbante cuando todo comenzó
a temblar y a sacudirse en el sitio. Grité. Algunas piedrecitas caían del techo
junto a polvo y pegué tal salto en la cama que casi me doy con la litera de
arriba en la cabeza.
Todos
gritaban, y yo me hice un ovillo en la cama. Haymitch había desaparecido, ¿y si
Katniss no había conseguido llegar? ¿Y si se había quedado buscando a Prim? Oh
por favor no. Nunca se lo perdonaría, y entonces no conseguiríamos hacer las
propos y Beetee no podría meterse en la
red del Capitolio y…
Haymitch
apareció por la esquina de una de las literas y solté un suspiro. Menos mal.
Pero poco me duró el alivio cuando vuelven a atacarnos y todo tembló de nuevo.
Al verle, mi labio inferior tembló también e intenté no volver a llorar.
−¿Están…?
Haymitch
asiente y se sienta a mi lado.
−Están
todos bien. Prim había ido a por el gato y Katniss lo adivinó, subió a buscarla
pero por suerte Gale se adelantó y bajaba con ella. Casi no les da tiempo
a…−otro ataque− entrar, pero lo han conseguido.
Asentí
al escucharle y aparté la mirada para parpadear unas cuantas veces e intentar
no llorar. No podía seguir llorando o luego se me quedarían los ojos hinchados.
Y si ya tenía poco maquillaje aquí en el 13, tener los ojos hinchados no
entraba dentro de mis prioridades. Por suerte ahora no tenía esas pestañas tan
largas que usaba antes y eso de parpadear se hacía mucho más fácil.
En
un silencio absoluto, solo se escuchaba como nos bombardeaban una y otra vez.
Cansada, había dejado mi cabeza reposar sobre el hombro de Haymitch y él me
rodeaba los hombros con un brazo. Estaba concentrada en acariciar el trozo de
tela que había rescatado y eso en parte me tranquilizaba.
De
vez en cuando se escuchaba algún que otro grito, un par de veces nos golpearon
más fuerte ya que se pudo ver como la gravilla y el polvo caía del techo. Pero
por suerte paró, sin nadie esperárselo. Y tampoco sin creerlo, ya que estábamos
todos tensos, y yo la primera, a espera de que volvieran a atacar.
Aún
seguía asustada y si a eso se le sumaba el cansancio del miedo, todos hablando
entre murmullos y a algunos inspeccionando los daños causados, era imposible
conciliar un poco de sueño.
−Háblame
de tu familia, nunca me has hablado de ella.
−¿Qué?−Me
incorporé para mirar a Haymitch con el ceño fruncido y asintió a la espera de
que hablara.−Pues… Mi madre tiene una tienda de ropa, bueno, tenía supongo.
Desde siempre la tuvo, estaba acostumbrada desde pequeña a revolotear entre
telas, a mirar sus bocetos, a verla confeccionar… Y supongo que aparte de que
salí a ella, ver todo ese mundo me fascinó.
Haymitch
ahogó una risa y yo continué.
−Mi
hermana tenía una tienda de pelucas, era una de las más famosas en el
Capitolio, casi todos iban allí. Tenía miles de encargos y yo cuando podía le
ayudaba, aunque claro, yo siempre estaba la primera en la lista para las
pelucas nuevas−sonreí al recordarlo porque se quejaba de eso−. Se llamaba
Acacia, en realidad éramos muy distintas, era más pequeña que yo…
Sin
darme cuenta, el tono de mi voz descendió y sin previo aviso una lágrima
recorrió mi mejilla. Haymitch levantó la mano para limpiármela y yo aparté
corriendo la mirada.
−Estaba
a punto de casarse, llevaba años preparando su boda de ensueño, yo iba a ser la
madrina y…
Cojo
aire para echarlo y me zafé de su brazo para quedar sentada al borde de la
cama. No pensaba que iba a llegar a ese punto ¡y mucho menos a llorar delante
de Haymitch, por favor!
Respiré
hondo un par de veces seguidas para que se me pasase el sofocón. No necesitaba
preguntarle por la suya, ya que todo Panem la había conocido tras su victoria,
y sabía que no me iba a hablar de ella. La había perdido hace mucho tiempo y
eso lo ponía de mal humor, y sin una botella en la mano nadie lo solucionaría.
Por
suerte la gente estaba consiguiendo quedarse dormida, y yo también quería
hacerlo. Volví a echarme hacía detrás y rápidamente le di un beso en la mejilla
a Haymitch.
−Gracias
por sacarme del Capitolio.
Y
sin tiempo a que me dijese algo, me eché sobre sus piernas y cerré los ojos,
quedándome dormida al instante.
Hey! vaya chulo tu blog. Me encanta, me encanta! He llegado a través de tu compañera Lore del blog Modus leyendi. Y madre, el rollo que tienes me gusta mucho, más que nada por lo de los gifs, que soy una obsesionada de ellos jeje. Por otro lado el fan fic esta chulo, es muy Effie si señor. Un besito!
ResponderEliminarOish oish oish muchas gracias. *Se limpia la lágrimilla que le cae* Jo, voy a intentar subir más a menudo, de verdad de la buena. Y muchas gracias por pasarte. ♥
EliminarOish oish oish muchas gracias. *Se limpia la lágrimilla que le cae* Jo, voy a intentar subir más a menudo, de verdad de la buena. Y muchas gracias por pasarte. ♥
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