Feliz Aniversario


Dougie abrió la puerta con el pie, ya que llevaba las manos ocupadas con una bandeja enorme, dejó la bandeja en el baúl que estaba en los pies de la cama y se fue a levantar la persiana.
-People marching to the drums. Everybody’s having fun to the sound of love. Ugly is the world...
Los rayos de sol entraron a través de la ventana y le dieron en toda la cara a Lisbeth.
-¡Apaga la luz!
-No, cariño es la luz del sol. ¡Despierta, ya son las diez! ¡Feliiiiiz Aniversariooooooo! – Dijo esto último poniendo una de esas vocecitas suyas.
Lisbeth se incorporó y se sentó en la cama, se echó el pelo hacia atrás. Dougie le puso la bandeja encima.
-¿Pero que es todo esto?
-Comida para animales, pensaba irme ahora al zoo.
-Imbécil.- le fulminó con la mirada.
Dougie se acercó a ella y le dio un leve beso en los labios.
-Ya ves, tenemos tostadas con mantequillas o mermelada, al gusto de la señorita. Cereales, yogur y fruta. Leche zumo de naranja o de piña. Chocolate, lacasitos y si quieres algo más yo voy a por ello. Un dulce desayuno en la cama.
Le dio la vuelta a la cama y se sentó al lado de ella. Lisbeth le cogió la cara con las dos manos y le besó. Al rato se separó y le miró a los ojos.
-Te quiero.
-Yo más.- le contestó Dougie.
Cogió un trozo de manzana y se lo metió en la boca a Lisbeth. Ella le dio una onza de chocolate y se llevaron una hora tirados en la cama desayunando y haciendo el tonto.
Cuando terminaron Dougie llevó la bandeja a la cocina y volvió al cuarto. Entró en el cuarto de baño para darse una ducha pero Lisbeth ya se había adelantado. Se quitó los pantalones y los calzoncillos y se metió en la ducha con ella.
-¿Pero qué haces?- le dice Lisbeth echándose champú en la cabeza.
-Pues ducharme.
-¿Y por qué no te esperas cinco minuto cariño?
-Porque entonces no llegaremos para jugar a los bolos.
-Ahora sí que no vamos a llegar- le afirmo Lisbeth.
Dougie la cogió de la cintura y la atrajo hacia sí, poniendo las piernas de ella alrededor de su cintura y apoyándose en los azulejos de la pared. Estampó sus labios fuertemente con los de ella.

-Gira a la derecha.
Lisbeth giró a la derecha y se encontró con la bolera de cara. Aparcó y se bajaron.
-Deberías aprender a conducir.
-Sabes que no me gusta conducir, prefiero ver como lo haces tú- le sonrió y le cogió de la mano.
Entraron en la bolera, se pusieron los zapatos feos para jugar,
-¿Sabes la paliza que te voy a meter no Poynter?
-Sabes que no.
-Bueno, ya lo veremos.
Lisbeth cogió una bola, la tiró e hizo pleno.
-¿Y qué decías?
-Calla Elisabeth.
Se puso a un centímetro de su cara
-No vuelvas a repetir eso Douglas.- Le dio un beso.
Dougie se rió y cogió una bola. Tiró, le dio a todos menos a los dos últimos  de los lados.
-Oh, que putada. Le puedes dar a uno pero no a los dos.
Dougie cogió la bola y la tiró al filo de la pista sin que cayeran por donde se iban las bolas. La bola iba muy lenta hasta que llego al bolo lo tiró y se fue rodando y le dio al otro bolo.
-Pero... ¿Pero cómo has hecho eso?- Lisbeth tiene los ojos abiertos como platos al igual que la boca y señalaba a la pista.
Dougie empieza a reírse al ver su cara.
-Años y años de práctica.
-¡Mentira! Eso te lo ha tenido que enseñar Danny porque es el que mejor juega a los bolos de todos, ¡a mí no me puedes mentir Poynter!
-Cierto, a ti no te puedo mentir.- La coge por la cintura y al besa.- Si te gano me debes algo.
-¿Algo? ¿Algo de qué?
-No sé ya lo pensaré.
-Miedo me das.
-Tranquila, miedo tendrías que tener en otros momentos no en este.
Lisbeth arquea las cejas y va a por su bola.
Al terminar de jugar a los bolos, Lisbeth perdió por cinco puntos de nada,  y Dougie estaba radiante de felicidad, y no dejaba de picarla.
-Venga cariño ya ganarás otra vez.- se reía mientras la miraba conducir.
Lisbeth no dejaba de mirar al frente muy seria, aunque en verdad no podía aguantar más la risa, ambos sabían que le daba igual quien ganara o quien no, pero eran esos momentos de parejas tan adorables que a todo el mundo le gustaba. Dougie estuvo hablándole todo el camino, y ella ni se inmuto. Al llegar a casa aparcaron en la puerta.
Fueron a abrir la puerta de la casa y se abrió sola, había tres individuos vestidos de camareros y con una servilleta blanca doblada en los brazos, se inclinaron cuando entraron en la casa. Lisbeth miró a Dougie, luego a los otros tres y de nuevo a Dougie y empezó a reírse a carcajadas bien fuertes. Dougie no pudo aguantar la risa.
-La Señorita se va a seguir riendo o prefiere ir hacia la mesa.- dijo Harry.
Danny empezó  descojonarse también.
-¡Tío, que dijimos que íbamos a aguantar el tipo!- dijo Tom.
-¡Pero tú nos estás viendo!
Al final terminaron todos riéndose de ellos tres con esas pintas.
Lisbeth y Dougie se quitaron la chaqueta y Tom se las colgó en la percha.
-Si son tan amables, por aquí…- les condujo Harry hacía el comedor.
Había una mesa pequeña con dos sillas, en medio de la mesa había dos rosas y varias velas, y los platos y cubiertos muy bien puestos.
Lisbeth se sentó y Dougie le ayudó como un buen caballero, luego se sentó él.
Danny, Tom y Harry le sirvieron la comida, consistía en un plato de espaguetis  y una ensalada y de postre una tarta de chocolate.
-Tebngo… que… azmitirrr que nu cozinan maaaal.- Digo Dougie mientras comía la tarta.
Al terminar de comer se levantaron y Lisbeth cogió los platos para llevarlos al fregadero.
-No no no no no, déjalo ahí que para algo les he pagado.
Dougie le quietó los platos de las manos y los volvió dejar en la mesa, cogió a Lisbeth de la cintura y se la llevó hacía el salón se tumbaron en el sofá abrazados mientras él ponía una peli.
-Parque Jurasico otra vez no por favor.
Dougie se rió y vio el pucherito que le estaba haciendo Lisbeth.
-Tranquila, hoy eliges tú. Pero no pongas Bambi.
-Jo… ¡Pues veremos los 101 Dálmatas!
Lisbeth puso la peli y se quedaron abrazaditos en el sofá. A la media hora de la peli, ella ya se estaba quedando dormida, se levantó y le miro.
-No aguanto más. Cierra los ojos y no hagas trampa.
Le puso un cojín en la cara porque no se fiaba de él. Se fue corriendo al sótano y cogió su regalo. Cuando subió Dougie estaba igual que lo había dejado.
-Ya.
Se quitó el cojín de encima y abrió los ojos. Era una guitarra obviamente se veía lo que era solo que estaba envuelta de papel de regalo. Dougie se levantó corriendo la cogió y en menos de un segundo el envoltorio estaba en el suelo. Se le pusieron los ojos como platos al ver el color fucsia morado igual que su anterior guitarra.
-Pero… Pero ¡¿Cómo HAS CONSEGUIDO ESTO!?
-Yo también tengo mis contactos.- se rió.
Dougie dejo la guitarra cuidadosamente en el sofá y cogió a Lisbeth por la cintura rodeando sus piernas en la cintura de él.
-Te quiero.
Estampó sus labios en los de ella y subieron  a la habitación besándose.

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3 comentarios:

  1. Me encantaaaaaa! Puaf he flipado con la ultima parteee *-*

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  2. Holi holiiii :3. Bueno, probablemente no sepas quién soy pero voy a intentar dejar un comentario aunque el internet en UK sea una mierda :DD. Eso, que alguien (creo que ya te imaginas quién) me pasó la dirección de este blog y y y vine a leerlo y me enamoré. Escribes demasiado asdfghjklñ y me encanta. Dougie es tan... tan... tan... ¿Él? No sé cómo expresarlo. Bueno, mi plan era dejarte un súpercomentario ahí toh' largo y chachi pero no se me da bien expresarme xDD. Así que lo dejo.
    Xoxoxo Vicky la lagarta xDD.

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