Nowhere left to run

Llevaba un cesto de ropa enorme, y bajaba las escaleras como podía, no me tropecé, un milagro, porque no sabía cómo podía andar con lo que pesaba eso. Giré a la izquierda para ir a la cocina, sin antes echar un vistazo a los chicos. Estaban en el salón, cantando con las guitarras. Al pasar Harry me echó una mirada. Me ruboricé y seguí hacía delante. Los chicos llevaban allí tres días, habían venido a tomar unas pequeñas vacaciones, y yo era la sirvienta de ellos.
Eché la ropa en la lavadora, como ensuciaban estos chicos en tan pocos días, era bestial. Puse la lavadora en marcha y seguí haciendo la comida. Pasados quince minutos, la comida ya estaba lista.
-Chicos, la comida está lista.
-¿Quieres que te ayudemos a poner la mesa Lizzie? –se ofreció Tom amablemente.
Eran unos encantos, estaban buenísimos y encima tenías todo el día música de fondo, no podía quejarme si encima me pagaban y todo.
-Vale, gracias.
Volví a la cocina para llevar los platos, me puse de puntillas para coger los platos del estante de arriba, me resbalé un poco y estuve a punto de tirar los platos pero una manos me sujetaron mi cintura para que no me cayera y ni yo me caí y los platos tampoco. Sentía su respiración en mi nuca y cuando me giré para ver quién era, la cara de Harry estaba a unos centímetros de la mía.  Nos quedamos así unos segundos, hasta que se separó de mí y yo pude dejar los platos en la encimera. Nos quedamos mirando.
-Vaya… Gracias.- musité.
-No hay de qué.
Cogió los platos y se fue para el comedor, me quedé mirando su culo. Ese chico tenía algo raro, especial por así decirlo, en la mirada, no sé lo que era pero me gustaba.
Cuando terminaron de poner la mesa, les serví la comida.
-¿Por qué no te quedas a comer con nosotros hoy?- me preguntó Danny.
-Sí, eso quédate a comer – afirmó Harry.
-Vale… Voy a por mí plato.
Volvía a la cocina a por mí plato y cuando volví al comedor el único sitio libre era Harry. Me senté y nos servimos la comida. Yo estuve casi todo el tiempo en silencio, me preguntaron algunas cosas unas cuantas veces pero ellos eran los que hablaban todo el rato, se gastaban bromas y hacían tonterías y demás. Me di cuenta de que Harry no dejaba de mirarme y eso que lo tenía al lado, yo le seguí el juego.
Cuando terminamos de comer,  también me ayudaron a recoger la mesa, hoy estaban muy amables, normalmente se iban a dormir o hacer sus cosas.  Me quedé sola en la cocina para fregar los platos. Cuando terminé me fui para mi habitación, me di una ducha y me puse un camisón negro. Quería acostarme ya, hoy había sido un día muy largo y estaba cansada. Me quité las zapatillas y cuando fui a acostarme llamaron a la puerta. Cuando la abrí me encontré con Harry, entró y cerró la puerta.
-Creía que no ibas a venir nunca- le dije.
Me agarró de la cintura y me atrajo hacia él, aplastando nuestros labios. Agarró mis piernas y la enrollé en su cintura, mis manos revolvían su pelo mientras el introducía su lengua en mi boca.
Me llevó hacia la ama y nos tumbamos en ella, el se puso encima y empezó a besarme en el cuello, le quité la camiseta, dejando al descubiertos sus perfectos abdominales.  Él me agarró las muñecas y me puso los brazos por encima de la cabeza. Le besé en los labios y él me echó la cabeza hacía un lado, abrió la boca y le vi dos enormes colmillos, grité y le pegué patadas en la barriga para soltarme de él, pero no podía me tenía agarrada las muñecas, grité de nuevo y me zarandeé para que no me mordiera.
¿Qué era esto? Él era Harry Judd, el batería de McFly, no un tío con complejo de vampiro.
Le pegué una patada con las dos piernas a la vez. Le tiré al suelo y salí corriendo. ¿Avisaba a los demás? ¿Y si ellos también eran algo de eso? Bajé los escalones de dos en dos y en el salón estaba Dougie viendo la tele, me miró y no se sorprendió.
-¡Dougie! ¡Arriba! ¡Harry! Él tiene… Algo… No sé una cosa… Como si fuese… Si fuese…
-¿Un vampiro?- Termino él la frase.
-Pero…Pero…
Empecé a temblar, ¿qué clase de broma era esta? ¿Todo esto había sido una trampa o es que había una cámara oculta por algún lado? ¿En qué clase de trabajo me había metido?
Me di la vuelta y Harry estaba detrás de mí, ande lentamente hacía detrás pero me choqué con Dougie. Harry se abalanzó sobre mí y me tiró al suelo, mordiéndome en el cuello. Grité, pataleé y lo último que vi fue su cara con los colmillos llenos de sangre mía.
Sentí un quemazón en la garganta que me bajaba hacía el estomago, no sé lo que me iba a pasar luego pero ya se habían quedado sin servicio de limpieza.

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