¡Y boom! ¡Van dos días!

Hola holita. Yo ya como no sé como va a ir esto, si alguien me lee o no, me voy a tirar a la aventura a subir entradas y demás cuando me apetezca y tenga algo escrito y si no me lee nadie po mu bien. Yo lo dejo por aquí, seré feliz el momento de subirlo y ya está amigos. Si alguien (si es que lo hay) quiere comentar, nunca está de más y siempre es bonito. Besitos de bayas.

Encuentro




Acababa de salir del baño y aún me estaba secando las manos en los pantalones cuando entro en la clase. El grupo está alrededor del profesor, hablan en susurros y no dicen nada interesante que yo escuche. Pero cuando oigo la voz del profesor, me quedo a medio camino petrificada en el sitio.

No. No podía ser. Era su voz. No podía estar pasando. De dos zancadas atravieso el corto espacio hacia el grupo y empujo a una chica que está a mi izquierda, escucho su grito de queja de fondo pero poco me importa porque le estoy viendo. No podía creer que estuviera pasando esto, tenía a mi hermano frente a mí. Después de casi dos años creyendo que nunca más le volvería a ver, que estaba muerto, ahora estaba delante de mí.

En un segundo salto hacía él dándole un abrazo y hundo mi cabeza en su hombro, seguía siendo igual de bajita al lado suyo. Los murmullos de antes se habían callado y seguramente estarían todos preguntando qué estaba pasando. Pero nada me importa ahora. Sentía sus cálidos brazos alrededor de mí y esa espina que me molestaba siempre en el pecho estaba desapareciendo poco a poco.

Darren me separa de él y me coge la cara con ambas manos. Me limpia una lágrima que se me había escapado, menos mal, no consentiría que algunos de aquí me vieran llorar. Sonrío ante su acaricia y me da un beso en la frente.

−¿Estás bien?

Asiento y me sorbo los mocos. Mierda, ahora para colmo también se me habría corrido la pintura de los ojos. Me niega con la cabeza y asumo que eso no había pasado. Ya estaba leyéndome como siempre.

‘’Luego hablamos, estás tan guapa como siempre, aunque no lleves el pelo suelto. Deja de temblar y vuelve con el grupo. ’’

Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba temblando. Cuando me suelta, me paso las manos por la cara por si acaso, para borrar más huellas del llanto y doy unos pasos hacia atrás para quedar fuera de la vista de todos. Darren ya había empezado a dar la bienvenida a los demás, no estaba prestando atención de nada de lo que decía, porque tenía la cabeza embotada con lo que acababa de pasar. Me cruzo de brazos agarrándome las mangas de mi cazadora y sonrío porque tenía delante a mi hermano de nuevo. Pero antes de que pueda verme nadie borro esa sonrisa e intento aparentar de nuevo la apariencia fría como siempre.

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Después de la charla que nos había dado, unas simples instrucciones sobre la escuela, como nos comportáramos y que tuviéramos cuidado con los poderes, todos se habían marchado. Cuando el último sale por la puerta, me levanto de la mesa que estaba apoyada y voy hacía él dándole con los puños en el pecho y echándole hacía atrás.

−¡Como se te ocurre! ¡Ni un maldito mensaje, ni una visita! ¡Nada! Mamá y papá muertos, y yo allí sola y ni siquiera se te ocurre decirme que estás vivo. ¡Creía que estabas muerto al igual que ellos, ahogado por la lava!

Ahora sí que estaba llorando de verdad, podía notar las lágrimas ardiendo por mi cara, toda esa rabia que había guardado estaba saliendo. Pero tenía razón, ya nos habían visitado un par de veces para anunciar que vendríamos a la Tierra, y él podía haber ido. O haber enviado un mensaje para mí sabiendo que iba a venir y en cambio nada.

−Cálmate…

Por la mirada que le echo, sabe que eso no es posible. No después de todo y podía entenderlo, y saber lo que o había sentido si se hundía demasiado en mi cabeza, y yo sabía que él podía hacerlo.

−Llevas razón, sí. Pero no es tan fácil como parece, teníamos que seguir órdenes y créeme que estaba deseando ponerme en contacto contigo Xiana… Sabía cómo estaba todo allí, y cuando me dijeron que habías sobrevivido…

Estaba tan cerca de él después de haberle pegado, que solo tiene que alzar su mano para acariciarme la mejilla. Yo vuelvo a llorar y esta vez lo hago en condiciones mientras él me vuelve a abrazar.

−Nuestra casa no sigue en pie, fui cuando todo estaba más calmado, pude colarme y…− me aparto un poco de su pecho y le miro desde abajo.− Encontré un par de cosas, una foto con mamá y papá, estaba algo quemada y tu peluche de pequeño.

Me había colado en un cambio de guardia y había creado un par de rayos a modo de distracción y pude llegar hasta ella. Nuestra casa era de las que se habían quemado a medias, donde la lava no pasó a más y sobrevivió poco. La mitad de las cosas se las habían llevado y pude encontrar poco.

Ambos nos reímos y  lleva su mano a mi pelo para quitarme la gomilla y dejar suelta mi melena. Sacudo la cabeza porque no quería que hiciera eso y mi pelo se abre más cayendo un poco sobre mis hombros.

−Puedes quedártelo. Y así estás mejor, más tú.

Le quito la gomilla de la mano y me la guardo en la cazadora, pensaba volver a recogerme el pelo cuando saliera de la clase.

−Quiero irme a vivir contigo.

Se lo suelto sin más, sabía que era posible. Que seguramente tendría una casa grande y preciosa para él solo y con muchas habitaciones libres, yo podía ocupar una de esas y volver a resucitar lo poco que quedaba de lo que era antes una familia.

−No, no puedes. Ya se te ha asignado una familia y debes quedarte con ella. Debes seguir todas las instrucciones, Xiana, es muy importante para que todo esto salga bien. Por favor.

Me froto las manos porque estaban empezando a picarme de la rabia y se formaban pequeños rayos entre los dedos. Darren me las coge y las entrelaza con la suya.

−Por favor…

Aparto la mirada un segundo y asiento. Tendría que volver a esa casa con esa niñita insoportable, pudiendo ahora vivir con mi hermano. ¿Para qué se ofrecieron? ¿Para qué su niña mimada no estuviera sola y tuviera la compañía falsa de alguien?

−Seguro que no es tan malo, hazlo por mí.

−Para, no vuelvas a meterte en mi cabeza. Y sí que lo es, tú no llevas dos días aguantando sus quejas. Debería de irme, tengo clase. ¿Podemos comer juntos?

−Tendría que hacerlo en la sala de profesores, pero si nos vamos al jardín a donde no haya mucha gente seguro que podemos. Ya sabes que a todos siempre le gustan hablar, y ahora más que acabáis de llegar.

Me da un beso en la frente y vuelvo a abrazarle. Sin decirnos nada más me separo de él y antes de salir por la puerta vuelvo a mirarle, me quedo unos segundos observándole. Con los brazos y piernas cruzados apoyado en la mesa y sonriéndome. Le devuelvo la sonrisa y salgo. Nada más cerrar la puerta vuelvo a cogerme la coleta y suspiro. No podía creerme que acabara de hablar y abrazar a mi hermano después de tanto tiempo.

Suena el último aviso para entrar en la siguiente clase y me dirijo hacía allí corriendo antes de que tuvieran la ocasión de decirme algo por llegar tarde.

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