Rayos en el horizonte
Lo sé, es increíble. Dos días seguidos, pero es lo que me pasa siempre, dos días seguidos y luego meses sin poner nada, pero lo que cuenta es la intención ¿no? Aunque ahora quiero escribir más a menudo pero... No me enrollo, de verdad. Este es de mi cosecha también, tenía esta escena en mente desde hace mucho, y por fin la he sacado de ella. Espero que os guste, y agradecería mucho que me comentarais que os parece, que para mí significa un montón ♥
Lo siento, pero está todo decidido.
Sus
palabras retumbaban en mi cabeza una y otra vez. No podía llegar a entender que
me hiciera esto. Después de que siempre me hiciera la misma promesa, de que me
dijera que no me abandonaría. Y ahora… se iba, así de simple. De la noche a la
mañana.
Si
me lo hubiera llegado a contar desde el primer día, ahora podría entenderlo,
pero lo que más me dolía de todo, era la mentira. Todo este tiempo me lo había
estado ocultando y tan solo a mí. Mis padres y hasta mi abuela sabían de todo
esto y yo… había quedado como una tonta cuando lo escuché hablar tras la puerta
del salón a los tres.
Darren
estaba preparando los últimos detalles para irse en un par de días, y estaba
resolviendo una cosa con mi padre. ¿Pero cuando pensaba decírmelo? ¿Los cinco
minutos antes de coger su nave? ¿O es que acaso pensaba irse sin despedirse?
Llevaba
todo el camino desde que salí de casa corriendo, y mis manos tan solo eran un
nubarrón ante tanto movimiento. Estaban un poco manchadas de la pintura negra
que había recorrido mi cara ante el llanto. Y si mis manos estaban así, no
quería ni mirarme a un espejo. Tenía todo el pelo revuelto por la carrera, pero
por suerte ya había llegado a mi sitio de siempre.
Había
salido de la ciudad y subido un par de colinas hasta llegar a lo alto de una de
ellas. Desde allí siempre miraba el atardecer, y algunos días me gustaba
levantarme temprano para ver el amanecer. Pero hoy solo me apetecía estar allí,
alejarme de todo aquello por un momento.
Estaba
tan, pero tan frustrada, que había estado apretando la mandíbula todo el camino
y hasta ahora no me había dado cuenta, ya que me había comenzado a doler. Las
manos me picaban, y de ellas salían pequeños rayos que se disparaban al aire.
Me
subí a un tronco que estaba tirado y con un gran grito, alcé los brazos hacia
arriba descargando toda mi energía y enfado, a la misma vez. Dos rayos azules
bastante grande, salieron de mis manos hacia el cielo, formando un nubarrón y
recogiendo los rayos procedente de mí.
Pasados
unos segundos, cuando por fin dejé de gritar y bajé los brazos, la nube se
movió un poco y descargó ese rayo cerca de un edificio de los de ciencia.
Respiré
hondo y de un salto me bajé del tronco para sentarme en él. No quería seguir
pensando en esto, pero me había dejado mi tableta en casa, y no podía
entretenerme con nada. Pero mi suerte estaba a punto de cambiar.
−Te
he seguido desde que te vi pasar por delante de mi casa, pero sin duda
cualquiera puede encontrarte ahora con eso que acabas de formar.
Me
giré y tras de mí, apoyado en un árbol estaba Killian de brazos cruzados. Nada más
verle ahí plantado, pasé mi antebrazo por mi cara, en un intento inútil de
limpiar el rastro del llanto. Se acercó y se sentó a mi lado.
−¿Pregunto
qué ha pasado o…?
Negué
con la cabeza y me mordí el labio inferior. No pensaba contarle nada porque no
quería pensar en todo de nuevo. Mi hermano pensaba abandonarme en un par de
días para irse a La Tierra, no me había contado nada y parecía que no le
importaba en absoluto. Pero por lo demás todo iba de maravilla, claro.
Sin
decirle nada, ya que para mi suerte él no leía la mente, me senté a horcajadas
encima de él con un par de movimientos y le cogí la cara con ambas manos para
besarle.
Noté
como le había pillado por sorpresa porque por un segundo se echó hacia detrás,
pero en otro segundo me devolvió el beso con la misma intensidad que yo se lo
había dado. Sentí sus manos en mis caderas y su lengua hacerse paso por mi
boca.
No
era nada justo, lo sabía, ni para él ni para mí. Sabía que Killian sentía algo
por mí, hasta nos habíamos besado en un par de ocasiones. En una me dejé llevar
y en la otra… Yo había hecho algo parecido. Tampoco me había presionado mucho
más para intentar tener algo conmigo, y sé que es muy guapo, y que cuando
sonríe lo es más, pero…
Me
separé de él rápidamente, pasándome una mano por el pelo y con otro par de
movimientos, me volví a sentar de nuevo en el tronco, a su lado.
Cerré
los ojos y respiré hondo. No se merecía esto, siempre había sido muy bueno
conmigo para que yo le tratara así. Y Wendy estaba harta de repetírmelo.
−Lo
siento…−fue lo único que conseguí decirle. Pero creo que no le importó en
absoluto lo que acababa de hacer, ya que le miré de reojo y estaba un poco
anonadado con las cejas alzadas.−Mi hermano… Darren se va a ir a La Tierra en
dos días, y creo que no pensaba decírmelo.
−Oh.
No
dijo nada más, tan solo pasó su brazo por alrededor de mis hombros y me acercó
a él. Tragué saliva y en un momento de debilidad me dejé caer sobre él y cerré
los ojos. Por suerte le tenía a él, y ya no me importaba estar ahí todo el
tiempo que fuera.
0 comentarios:
Publicar un comentario