FF Dark Swan
¡Hola! Si, me ha dado la locura y ayer se me ocurrió un fic de OUAT, concretamente Dark Swan, que no se note mis ganas ni nada de ver ya la temporada nueva, de verdad que no. Es el primero que hago de ouat no me lo puedo de creer. Bueno, no seáis muy malos al leerme y si queréis dejar algún comentarillo bienvenido sean todos. ¡Besitos de bayas!
¿Dónde
estoy? ¿Cuánto tiempo ha pasado? Me incorporo apoyando mis manos en la tierra,
las sacudo una vez estoy sentada y echo hacía atrás mi pelo totalmente enredado
y despeinado. Miro hacia abajo viendo como el pelo me ha crecido hasta llegarme
a casi la cintura, cojo un mechón y me fijo en algunas partes que se han
tornado negras, mezclándose con mi cabello rubio.
Aún
desorientada, cierro los ojos antes los fogonazos que me dan intentando
ubicarme. Lo primero que me viene a la mente es yo estando en una taberna,
destrozando esta, con suerte de que apenas había nadie, o porque tenía pocas
ventas o porque bien ya habían huido. El posadero estaba muerto agarrando una
tinaja de vino. Estaba parada en un sitio, en una mesa de esquina, jurando que
había estado ahí antes con alguien. Al segundo siguiente, frustrada por no
recordarlo, tiré la mesa por los aires haciendo que se partiera en dos contra
la pared.
Otro
fogonazo. Yo en mitad del Bosque Encantando, algo perdida recorriendo el solitario
camino yendo hacía un castillo que había al fondo. Un castillo donde había
estado antes. Cuando justo, un campesino se me cruza y le arranco el corazón
dejando su cuerpo inerte a un lado del sendero.
Otro
fogonazo. Yo en el puerto mirando los barcos a lo lejos en el mar, como si
estuviera esperando alguno para que me llevara a algún sitio. ¿O para ver a
alguien? Atisbé una cola de sirena introducirse en el agua. ¿Y si ella podría
ayudarme?
Los
fogonazos se acaban, por ahora. Miro alrededor y sin saber qué hacía en ese bosque,
comienzo a gruñir hincando las uñas en la tierra. Grito desesperada sintiendo
algo que me ancla aquí, algo que puedo notar su conexión a mí y que me llama.
Me
levanto sin dificultad y miro mis ropas. Es un gran vestido de lo que podría
haber sido de la realeza, pero que en cambio ahora, es completamente negro y
gris. Realza bien mis pechos, marca mi cintura para luego caer como pétalos en
varias capas, unas más largas que otras y no en el orden correspondiente.
Levanto los brazos mirando las mangas que cuelgan, algo desgastadas y rotas.
Giro
mis brazos y recorro el derecho con mi vista hasta llegar a mi mano. La daga.
Eso es lo que faltaba en ella, y sé que está aquí, puedo sentirla. Me giro y
veo Storybrooke de fondo. Tengo que ir allí, sé que está allí. Con un chasquido
de dedos hago desaparecerme del bosque.
Aparezco
en mitad de la carretera, envuelta en un humo negro que va desapareciendo a
medida que avanzo, dejándolo detrás. Uno de los enanitos sale de un coche, se
queda helado al verme, pegando su cuerpo al vehículo y voy hacía él. Sonrío
parándome delante de su cara y poniendo una mueca de pena falsa, introduzco mi
mano en su pecho. Se lo había visto tantas veces hacer a Regina que hacerlo
ahora era pan comido.
Saco
mi mano al instante, con su corazón en mi poder. Puedo notar su miedo en su
cara, la poca felicidad que le quedaba en mi mano y todos los sentimientos confusos
que está pasando por su cuerpo en tan poco tiempo. Voy abriendo mis labios
hasta formar una ‘o’ perfecta, a continuación sonrío de lado y aplasto su
corazón. El polvo de este ya reducido, cae por mi mano cerrada y el cuerpo del
enanito cae al suelo. ¿Y este quién era? ¿Acaso sabía su nombre? Poco importaba
ya, uno menos al que matar.
Vuelvo
a la carretera, siguiendo esta recta hacía donde tengo que ir. Puedo notar unos
hilos invisibles que me lleva hacía la daga, que me dirigen hacia ella sin
dificultad alguna. Sigo andando hasta que llego al reloj donde está la
biblioteca, en sus puertas estaba Belle. Ignorándola por completo porque no
tenía necesidad de matarla por ahora, sabiendo que me podría ser útil de aquí
en adelante. Miro hacía el reloj, ¿otra vez se había parado el cachivache ese?
Hasta ahora, no me fijo en que el cielo está completamente oscuro y que se
avecina tormenta, seguramente con mi llegada.
Saludo
a Belle con una sonrisa de lado y con un movimiento de mano, termino por
guiñarle un ojo para luego soltar unas carcajadas. Es realmente divertido ver
las caras de espantos de todos. Me agarro el vestido para no pisar los bajos,
porque me acabo de dar cuenta de que iba descalza y para andar rápido me lo
estaba pisando.
Al
fin, llego hacía donde sé que está la daga. Subo las escaleras de lo que había
sido mi casa y al llegar a la puerta, con un movimiento de mano la abro. Entro
y miro alrededor.
−Swan.
Conozco
esa voz, sé perfectamente de quién es, y una pequeña parte de mí la ha echado de
menos.
Giro
mi cabeza hacía la persona que lo ha dicho. Está poniéndose de pie ante la mesa
donde estaba sentado. La daga se encuentra en mitad de esta, rodeada de muchos papeles,
mapas, y un libro muy gordo de color marrón. Como ya la tengo localizada y sé
que nadie se la va a llevar, hago una cosa más importante.
Aparto
de un manotazo todos los papeles y todo lo que había en la mesa tirándolo al
suelo. Me coloco frente a Hook y le miro un segundo, analizando su cara. Tiene
los ojos demasiados abiertos, desorientado, seguramente pensando que estaría
pasando. Hace el amago de hablar pero niego con la cabeza adelantándome. Coloco
una mano en su pecho haciendo que se deje caer de espaldas sobre la mesa y me
echo sobre él para besarle.
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