Fic de un coso

Si, sé que el nombre os encanta, lo define a la perfección. Bueno, pues esto es de nuevo los deberes del curso ese que dije en la otra entrada, QUE SÉ que a nadie le interesa pero como me dijeron que estaban mu' bien y no tenía ninguna falta (dos lagrimones me cayeron por la cara muy orgullosa yo) pos digo pues lo subo al blog así porque así si! Así que ya sabéis si comentáis le salváis la vida a un pobre cordero pequeñito de ser degollado. Sé que sufrís por eso...


Era sábado y me tocaba sacar a la perra a pasear.  La cogí de la cesta de al lado de mi cama y bajé las escaleras con ella en brazos. Me despedí de mi madre que estaba en la cocina y salí por la puerta trasera.

La solté nada más salir y empecé a caminar con las manos metidas en los bolsillos y la capucha de la sudadera puesta. Seguí a dónde iba mi perra, Brigitte. Fue por el mismo camino de siempre, el que iba al centro del pueblo. Se metió por unos matorrales, maldita perra. La seguí mientras quitaba unas ramas de delante de mi cabeza y me metí en el bosque. Grité su nombre pero no venía.  Seguí las huellas que dejaba por el barro y la encontré a punto de meterse en un estanque.

─¡NO!

Brigitte se paró y me miró como si estuviera a punto de matarla. Si se hubiera metido en el lago lo hubiera hecho, ella no iba a aguantar la bronca de mi madre por llevarla a casa mojada y dejando todo sucio.

Fui corriendo a por ella y la cogí llenándome yo de barro. Puagh. Caminé más para no estar cerca del estanque y la solté de nuevo. Me mantuve a su lado para no perderla de vista, aunque eso significara correr de vez en cuando y tropezarme.

Después de un gran rato andando por medio del bosque intentando encontrar un camino para salir, Brigitte empezó a ladrar, se paró delante de unas escaleras de madera. Espera, ¿escaleras en mitad del bosque? Seguí con la mirada hacia arriba de ellas y terminaba en una casita de árbol.

Era cuadrada y pequeña, algunas ramas la rodeaban y entraban por las ventanas. El techo era triangular  con dos caídas y parte de el estaba lleno de musgo. Se veía un poco antigua pero bien conservada. Subí las escaleras y entré en ella. El suelo crujía un poco pero era seguro, había hojas secas en el interior pero todo estaba bien cuidado.

Sobre una mesa había varios libros, muñecas de trapos, una vela consumida llena de telarañas  y una jarra sobre una bandeja con varios vasos. En una esquina de la casa, varios cojines en el suelo tirados, todos sucios, y una mesa más alta llena de velas consumidas también.

Tendría que haber sido el lugar de reunión de algún grupo de amigos, niños pequeños que conservaron la casita del árbol de sus padres. Y ahora iba a ser mía. Bajé las escaleras y fui a buscar el camino de vuelta casa para coger bolsas de basuras, cosas para limpiar todo aquello y hacer de ese sitio un lugar nuevo para mí.  

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1 comentarios:

  1. Tú haznos caso, que ya verás cómo hacemos una alumna aventajada. O algo así :P

    Besos de tus "profes"

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